... La importancia de promover la libertad religiosa o de creencias para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe...

El 17 de julio a las 12:15 de medio día se llevo a cabo el conversatorio virtual en relación a ciertos aspectos como: la libertad de culto, el respeto que debe haber sobre las creencias religiosas como también lel ejercicio de empatizar con las opiniones de los que no tienen ninguna religión, entre otras cosas muy relevantes para la consecución de un mundo más sustentable. Este evento tuvo como panelistas a Harold Segura - Líder de Desarrollo de World Vision, Jorge Basaldúa Silva - Director General de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación de México, Diego Zavaleta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Marta Pedrajas Herrero - Ministerio de Asuntos Exteriores de México, Nicolás Meyer de Cáritas América Latina y el Caribe y por último Claudia Espinoza moderadora del espacio en Zoom. 

Cabe destacar que, en este espacio contamos con la participación de de la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia como iglesia cristiana a través de Despertando al Gigante, pues como Organización Basada en Fe (OBF) que hace parte de la Plataforma Fe y Desarrollo, se consideró pertinente nuestra participación ya que creemos que la libertad de expresión y de identidad religiosa son elementos claves e imprescindibles para forjar entornos seguros con cohesión social y  compromiso con los diferentes grupos poblacionales con las que cada OBF trabaja. 

Así mismo, Harold Segura manifestó la importancia de generar espacios de diálogo con carácter interespiritual, tolerante, inclusivo, respetuoso, pues estos componentes permitirán gestionar entornos seguros para un desarrollo humano pleno supliendo desafíos y retos de una forma comprometida y sólida, "Juntos podemos construir un futuro mejor". A su vez, Jorge Basaldúa en su intervención menciona la necesidad de "mirar de una manera diferente, solidaria y empática", pues enfatiza que los discursos de discriminación se han convertido en procesos sostenidos por las personas y que para haber desarrollo sostenible debe haber un buen desde las conversaciones e interacciones sean en persona o vía internet. 

Al trabajar elementos como la empatía, la solidaridad, el respeto se lograría entender que, la diversidad es una cualidad potencializadora de participación colectiva y de la vida misma, apostándole estrategicamente a una ampliación de caminos o horizontes para un accionar que garantice la convivencia humana de forma inclusiva logrando así escuchar sabiamente a los semejantes y a todo ser que sea crucial para el sostenimiento de la vida, pues Basaldúa manifiesta que solo de esta forma se puede hablar de una "Gobernanza Mundial o un Florecer". 

En consecuencia, Diego Zavaleta en representación del PNUD reiteró sobre lo imperativo de trabajar, articular y crear alianzas para garantizar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así pues, la libertad de religión y de creencia son centrales para el buen desarrollo humano en dos perspectivas: (1) Intrínseco desde el "Poder ser, hacer o lograr" y (2) desde un factor más "instrumental de la espiritualidad", en ese orden, se podría hablar de una "Gobernanza" donde surjan ciertos componentes de gran relevancia como: la capacidad de trabajo, las reglas como "pacto social", las mesas de diálogo para así debatir razonablemente sobre este tipo de temas y generar acciones conjuntas hacia el desarrollo sostenible. 

Adicionalmente, Marta Pedrajas desde un campo filosófico hace especial mención en "el desarrollo como libertad", comentó que, el fenómeno de la pobreza es catalogada como multidimensional y está tiene que ver con la falta de libertad y de desarrollo espiritual donde la conciencia/creencia individual o colectiva se debe poder vivir a plenitud ya sea en privado o en público. De ahi que, Pedrajas dice: "los ODS dan el camino para construir una sociedad, pues la Agenda 2030 contiene los valores éticos compartidos", en tal sentido, se debe seguir trabajando y fortaleciendo los puentes de diálogo e interacción al interior del sector interreligioso como una propuesta de diversidad que logre evidenciar el respeto entre religiones/creencias con un fin en común la paz. En resumen, las comunidades de fe deben estar orientadas en priorizar a la población vulnerable fortificando al interior y exterior de estas la inclusión social, la igualdad, el respeto y la cooperación para generar así cambios trascendentales. 

De ahí que, Basaldúa ratifica que, el tener bases sólidas y claras dentro de la legislación como lo suscita el artículo 24 de la Constitución acorde a la conformación de asociaciones de la comunidad religiosa dentro del marco legal/jurídico donde la dimensión espiritual es igual de importante que las otras, siendo una dimensión que vincula y  colabora en el marco de la construcción de paz donde el esfuerzo conjunto logre la incidencia deseada. Igualmente Pedrajas indica que, en el ejercicio por proteger los derechos humanos se va construyendo un camino hacia la dignidad humana obteniendo una visión compartida, un pacto social fomentando el sentido de "Gobernanza" en los seres humanos como un valor ético. 

Finalmente, Nicolás Meyer cierra el espacio concluyendo que es primordial reforzar el trabajo conjunto que edifiquen y produzcan más métodos, herramientas para la trascendencia e incidencia en los  territorios más vulnerables donde prima fortalecer los mismos procesos de desarrollo de las comunidades, pues manifestó "las acciones conjuntas permiten caminar al ritmo del más lento" o "los más rotos", es decir, las OBF e Iglesias y en sí todo el Sector Interreligioso debe trabajar por aquellos grupos poblacionales más vulnerables y esto solo se puede aumentar si se hacen alianzas y compromisos responsables para así aportar realmente al Desarrollo Sostenible. 

Escrito por: Andrea Zambrano